Si bien en España estamos acostumbrados a disfrutar del vino acompañando comidas, no todos los alimentos combinan bien con él. Es fácil pensar que cualquier tapa, queso o postre puede ir con una copa de vino tinto o blanco, pero la realidad es que algunas combinaciones pueden arruinar completamente tanto el sabor del vino como el del plato. Elegir mal puede resultar en una experiencia decepcionante, incluso si el vino es excelente.
En este artículo te contamos cuáles son los alimentos que no pegan con el vino, por qué no funcionan bien juntos y cómo evitar estos errores. Tanto si eres aficionado como si estás empezando a aprender sobre maridajes, aquí encontrarás consejos útiles y específicos que te ayudarán a mejorar cada copa.
Alimentos muy picantes: enemigos del vino tinto
Las comidas muy picantes, como los platos con guindilla, pimientos picantes o curry, suelen ser una mala combinación para la mayoría de los vinos, especialmente los tintos con cuerpo. El alcohol potencia la sensación de picor y puede hacer que el vino parezca más amargo y menos equilibrado.
Si vas a comer algo picante y no puedes evitar tomar vino, opta por uno blanco ligeramente dulce, como un Gewürztraminer o un Riesling, que suavizan el picante en lugar de amplificarlo. Evita los tintos con alta graduación alcohólica.
Vinagres y escabeches: sabores que anulan el vino
Los alimentos con mucho vinagre, como los escabeches, las banderillas o ciertas ensaladas aliñadas, tienden a chocar con el vino. La acidez del vinagre compite con la acidez del vino y, en la mayoría de los casos, hace que el vino sepa plano o incluso desagradable.
Si estás preparando un plato con vinagre, trata de reducir su cantidad o equilibrarlo con un poco de azúcar o miel. Otra opción es cambiar el acompañamiento por una cerveza o un vermut seco, que maridan mejor con estos sabores agrios.
Alcachofas y espárragos: vegetales complicados
Las alcachofas y los espárragos contienen compuestos que alteran la percepción del sabor del vino, en particular el ácido fenólico y la cinarina. Estos ingredientes pueden hacer que el vino se perciba metálico, amargo o extraño al paladar.
Si vas a servir alcachofas o espárragos, lo mejor es optar por vinos blancos muy secos, como un Verdejo joven o un Sauvignon Blanc, y evitar por completo los tintos. También puedes cocinarlos con mantequilla o queso para suavizar su efecto sobre el vino.
Postres muy dulces: no todos los vinos pueden seguirles el ritmo
Uno de los errores más comunes es servir un vino no dulce con un postre muy azucarado. En este caso, el vino se vuelve ácido o insípido. La dulzura del postre eclipsa completamente los sabores del vino si este no tiene un nivel similar de azúcar residual.
Asegúrate de que el vino sea al menos tan dulce como el postre. Para tartas, pasteles o postres de chocolate, elige un vino dulce natural como un Moscatel, un Pedro Ximénez o un vino de hielo.
Evita los vinos secos con postres.
Alimentos con huevo cocido o tortilla: combinación sin armonía
El huevo cocido tiene una textura y un sabor que no se llevan bien con muchos vinos, especialmente los tintos. Suele dejar un regusto metálico o sulfuroso cuando se combina con vino. Las tortillas y huevos rellenos también pueden resultar problemáticos.
Si vas a tomar vino con un plato de huevo, añade ingredientes que suavicen y equilibren el conjunto, como una salsa ligera, espinacas, queso o jamón. En cuanto al vino, un blanco joven o un cava brut puede ser una mejor elección que cualquier tinto.
Conclusión
No todos los alimentos combinan bien con el vino, y conocer estas excepciones es clave para disfrutar al máximo de cada copa.
Evitar combinaciones problemáticas —como las comidas muy picantes, los vinagres, ciertas verduras o los postres excesivamente dulces— te permitirá realzar tanto el plato como el vino.
Recuerda que el maridaje no es una ciencia exacta, pero sí hay errores comunes que puedes evitar con algunos consejos prácticos. Si estás en duda, menos es más: busca el equilibrio y no temas preguntar o probar nuevas combinaciones. Tu paladar lo agradecerá.