¿Cómo abrir y servir un vino? Aprende a descorchar

Abrir y servir un vino puede parecer algo sencillo, pero hacerlo bien marca la diferencia entre disfrutar de una copa mediocre o una experiencia memorable. En España, donde la cultura del vino está tan arraigada, desde los tintos de Rioja hasta los blancos de Rueda, saber descorchar una botella y presentarla correctamente es casi un arte.

Aquí no vamos a hablar de generalidades ni a complicarte la vida con tecnicismos. Si alguna vez has dudado sobre cómo evitar que el corcho se rompa, qué hacer si no tienes un sacacorchos decente o cómo servir el vino sin que se derrame, estás en el lugar adecuado. Vamos a darte consejos específicos, paso a paso, para que te sientas seguro y disfrutes al máximo de ese momento, ya sea en una comida con amigos o en una cena tranquila en casa.

Cómo abrir una botella de vino sin complicaciones

El primer paso es tener las herramientas adecuadas. Un sacacorchos de dos tiempos (el de las «alitas») o uno de láminas son ideales para principiantes porque facilitan el trabajo.

Si usas un sacacorchos básico, asegúrate de que la espiral esté limpia y no demasiado corta. Corta la cápsula justo por debajo del anillo de la botella con un cuchillo pequeño o el cortador que suelen incluir los sacacorchos; así evitas que el vino toque el metal al servirlo.

Coloca la botella en una superficie firme, introduce la espiral en el centro del corcho y gira con calma hasta que entre casi por completo. Si es de dos tiempos, apoya las palancas en el borde y tira hacia arriba con suavidad.

¿Y si el corcho se rompe? No te agobies: usa un colador fino al servir para filtrar los trozos. Un truco extra: si no tienes sacacorchos, empuja el corcho hacia dentro con el mango de una cuchara de madera, pero hazlo con cuidado para no salpicar.

Preparar el vino antes de servirlo

No todos los vinos se sirven igual, y la temperatura es clave. Un tinto joven de Tempranillo, por ejemplo, está perfecto entre 14 y 16 ºC, mientras que un blanco de Albariño pide unos 8-10 ºC. Si no tienes termómetro, saca el tinto de la nevera 15 minutos antes y mete el blanco 20 minutos antes de abrirlo. Los espumosos, como el cava, siempre fríos, a unos 6-8 ºC, pero nunca en el congelador, porque pierden sus burbujas.

Antes de servir, revisa el estado del vino. Si es un tinto viejo con sedimentos (algo común en un Reserva o Gran Reserva), déjalo en vertical 24 horas antes y usa una jarra decantadora si puedes. Para abrirlo, limpia el borde de la botella con un paño tras descorchar, así eliminas restos de corcho o polvo. Si huele a humedad o vinagre, mejor no lo sirvas; no hay vuelta atrás.

Consejos para servir el vino como un experto

Usa copas adecuadas: para tintos, de cáliz ancho; para blancos y espumosos, más estrechas. Llena la copa solo hasta un tercio, así el vino respira y no se calienta rápido en la mano. Sujétala por el tallo, no por el cuerpo, para no dejar marcas ni alterar la temperatura. Al verter, gira la botella al final con un movimiento suave para evitar goteos; un paño blanco a mano te sacará de apuros si algo falla.

Si estás con más gente, sirve primero a los demás, de derecha a izquierda, y deja la botella en la mesa con la etiqueta visible. Para espumosos, inclina la copa 45 grados y vierte despacio por la pared para que no se desborde la espuma. Y un detalle: si es un vino caro o especial, no lo abras de cualquier manera; muestra respeto por lo que tienes entre manos.

Conclusión

Abrir y servir un vino no tiene por qué ser un misterio ni un momento de estrés. Con un sacacorchos decente, un poco de atención a la temperatura y un par de trucos prácticos, puedes hacerlo bien sin complicarte.

La próxima vez que tengas una botella de Ribera del Duero o un Verdejo en la mesa, sigue estos pasos y verás cómo todo fluye: desde el descorche hasta el brindis. Al final, lo importante es disfrutar del vino y de la compañía, así que relájate y ¡a por esa copa!