Qué es un vino fortificado o generoso

Los vinos fortificados, también conocidos como generosos en España, son aquellos a los que se les añade alcohol destilado durante su elaboración. Esto les da un mayor grado alcohólico, les aporta estabilidad y permite desarrollar perfiles aromáticos y gustativos muy característicos.

Son típicos de regiones como Jerez, Montilla-Moriles o Madeira.

Características de los vinos fortificados

Los vinos generosos tienen unas características específicas que los diferencian de otros tipos de vinos:

  • Graduación alcohólica elevada: Suelen situarse entre los 15% y 22% de alcohol por volumen.
  • Proceso de fortificación: Se les añade alcohol vinícola en distintos momentos de la fermentación.
  • Larga crianza: Pueden envejecer en barricas de roble bajo sistemas específicos como criaderas y soleras.
  • Diferentes estilos: Pueden ser secos o dulces, dependiendo del momento en que se añade el alcohol.

Tipos de vinos generosos más conocidos

Vinos de Jerez

Uno de los más emblemáticos de España. Incluyen:

  • Fino y Manzanilla: Secos, ligeros y con crianza biológica bajo velo de flor.
  • Amontillado: Comienza con crianza biológica y luego pasa a crianza oxidativa.
  • Oloroso: Crianza exclusivamente oxidativa, con más cuerpo y notas de frutos secos.
  • Pedro Ximénez (PX) y Moscatel: Dulces y muy concentrados, hechos con uvas pasificadas.

Vinos de Montilla-Moriles

Similar al Jerez pero usando mayormente la variedad Pedro Ximénez, lo que da vinos con menos necesidad de fortificación natural.

Otras denominaciones

  • Madeira (Portugal): Con crianza en barricas sometidas a calor.
  • Oporto (Portugal): Mezcla de uvas con crianza en madera y fortificación temprana para conservar azúcares naturales.

Consejos prácticos para disfrutar un vino fortificado

  • Temperatura de servicio: Los secos (Fino, Manzanilla) entre 6-8 °C, los dulces (PX, Moscatel) entre 10-14 °C.
  • Maridaje adecuado: Los secos van bien con embutidos, quesos curados y mariscos. Los dulces con postres o quesos azules.
  • Conservación: Una vez abiertos, los vinos generosos deben conservarse en frigorífico y consumirse en pocas semanas, salvo los de crianza oxidativa, que aguantan más tiempo.
  • Copas adecuadas: Se recomienda una copa de vino blanco tipo tulipa para concentrar los aromas.

Conclusión

Los vinos fortificados o generosos forman parte de la tradición vitivinícola española y ofrecen una diversidad de estilos y sabores.

Conocer sus características, tipos y la mejor manera de disfrutarlos permite aprovechar al máximo su complejidad y riqueza enológica. Son opciones versátiles tanto para acompañar comidas como para degustar solos en ocasión especial.