Qué son los vinos claretes

Los vinos claretes han vuelto a ganar protagonismo en los últimos años, pero todavía existe bastante confusión sobre qué son exactamente. Muchas personas los confunden con los rosados, o piensan que son una mezcla sin demasiada identidad. Sin embargo, el clarete es un vino con historia, con su propio método de elaboración y un carácter que merece ser reconocido.

Si has llegado hasta aquí buscando entender qué es un vino clarete, cómo se produce y en qué se diferencia de otros tipos de vino, estás en el lugar correcto. A continuación, te explicamos lo que necesitas saber sobre el clarete para que lo puedas identificar, valorar y, si te interesa, elegir con criterio.

¿Qué es exactamente un vino clarete?

Un vino clarete es un tipo de vino que se elabora a partir de una mezcla de uvas tintas y blancas, pero fermentadas juntas desde el principio, no por separado. Esto es importante porque lo diferencia de los vinos rosados, que suelen elaborarse solo con uvas tintas y con un proceso diferente.

En los claretes, el mosto (el jugo de la uva) se fermenta junto con los hollejos (la piel de la uva) durante un tiempo reducido, de ahí su color más claro, que puede ir desde un rojo muy pálido hasta un tono ligeramente más subido que el rosado. Pero no es rosado: el clarete es una categoría en sí misma.

Tradicionalmente, este tipo de vino se producía sobre todo en zonas como Cigales, la Ribera del Duero o algunas zonas de La Rioja, donde era común cultivar uvas blancas y tintas en los mismos viñedos.

Diferencias entre clarete y rosado

Una de las preguntas más comunes es: ¿en qué se diferencia un vino clarete de un vino rosado? La respuesta está en el método de elaboración:

  • Clarete: mezcla de uvas tintas y blancas fermentadas juntas desde el inicio.
  • Rosado: uvas tintas únicamente, con una maceración muy corta de los hollejos para obtener un color rosado claro. Luego se fermenta solo el mosto.

Esto se traduce en diferencias reales en el sabor. El clarete suele tener un cuerpo más ligero que un tinto, pero más estructura que un rosado. Además, suele tener una acidez refrescante y notas frutales suaves, pero sin llegar a ser tan afrutado como muchos rosados modernos.

Consejo práctico: si estás en una vinoteca o en un restaurante y ves un clarete en carta, pregúntales por la proporción de uva blanca y tinta, y qué variedades se han utilizado. Eso te dará pistas sobre su perfil.

¿Dónde se producen los mejores claretes?

Aunque el clarete es un vino tradicional de muchas zonas de España, hay denominaciones donde sigue siendo parte esencial de la cultura vinícola. Algunas de las más destacadas:

  • Cigales: probablemente la zona con más reputación en claretes. Aquí se siguen elaborando de forma tradicional y con un perfil muy equilibrado entre frescura y cuerpo.
  • Ribera del Duero: aunque conocida por sus tintos, también produce claretes, sobre todo en bodegas familiares que mantienen métodos antiguos.
  • La Rioja: en algunas subzonas riojanas se elabora clarete con tempranillo y viura, manteniendo el estilo clásico.
  • Navarra y Bierzo: zonas donde también se producen claretes interesantes, aunque más difíciles de encontrar fuera de la región.

Si quieres probar un buen clarete, busca botellas etiquetadas como tal dentro de la D.O. Cigales. Son fieles al estilo y suelen tener una buena relación calidad-precio.

¿Cómo tomar un vino clarete?

El clarete es un vino muy versátil. Estas son algunas recomendaciones para disfrutarlo en condiciones óptimas:

  • Temperatura de servicio: entre 8 y 10 °C. Más frío que un tinto, pero algo más templado que un blanco o rosado joven.
  • Maridajes recomendados: embutidos, arroces, pollo asado, parrilladas de verduras o quesos suaves. También va muy bien con platos tradicionales como una tortilla de patatas o unas croquetas.
  • ¿Año de consumo? La mayoría de los claretes se consumen jóvenes, del mismo año o como mucho del anterior. No son vinos para guardar en bodega.

Consejo práctico: si tienes una comida al aire libre o una cena informal, el clarete es una gran elección para contentar tanto a los que prefieren tinto como a los que disfrutan del blanco.

Conclusión

El vino clarete es una opción única dentro del panorama vinícola español. No es un rosado, ni un tinto ligero: es un vino con método propio, historia y carácter. En los últimos años, varios productores han apostado por recuperar esta tradición y darle el protagonismo que merece.

Si estás explorando nuevos vinos o simplemente buscas algo diferente para acompañar una comida, dale una oportunidad al clarete. Y sobre todo, no dudes en preguntar en tu tienda de confianza o en la bodega sobre cómo lo han elaborado: entender el proceso te ayudará a apreciarlo aún más.