Cómo conservar el vino espumoso

El vino espumoso es una bebida especial que muchos reservan para celebraciones, pero también puede disfrutarse en cualquier ocasión. Sin embargo, para mantener su calidad y burbuja característica, es esencial saber cómo conservarlo correctamente. Muchas personas no lo almacenan ni lo manipulan de forma adecuada, lo que resulta en un vino sin gas o con sabores alterados.

En este artículo te explicamos cómo conservar el vino espumoso tanto antes como después de abrirlo, con consejos específicos que puedes aplicar en casa. No importa si se trata de un cava, un espumoso de método tradicional o un frizzante más ligero: todos requieren ciertos cuidados. Aquí te lo contamos todo.

Cómo conservar el vino espumoso antes de abrirlo

1. Evita la luz directa y el calor

El vino espumoso es sensible a la luz, especialmente a la luz solar o fluorescente. Lo ideal es guardarlo en un lugar oscuro o con iluminación muy suave. Si lo dejas en una cocina con luz constante o cerca de una ventana, es probable que se degrade más rápido.

Respecto a la temperatura, el vino espumoso debe mantenerse en un ambiente fresco, entre 10 y 15 °C. Nada de temperaturas extremas, cambios bruscos o colocarlo junto al horno. Si tienes una vinoteca o una cava doméstica, es el sitio ideal. Si no, un armario interior alejado de fuentes de calor puede servir.

2. Guárdalo en posición horizontal (si tiene corcho natural)

Si el tapón del vino espumoso es de corcho natural, conviene guardarlo en posición horizontal para que el corcho se mantenga húmedo. Esto evita que se seque, se encoja y permita la entrada de oxígeno. Si es un tapón de rosca o sintético, puedes guardarlo verticalmente sin problema.

3. No lo almacenes por mucho tiempo

A diferencia de otros tipos de vino, la mayoría de los vinos espumosos no están pensados para envejecer. Es mejor consumirlos dentro del primer año desde la compra, especialmente si no sabes cuándo se embotellaron. Hay excepciones como algunos cavas de guarda o champagnes vintage, pero en general, cuanto más fresco, mejor.

Cómo conservar el vino espumoso después de abrirlo

1. Usa un tapón específico para espumosos

Una vez abierto, el vino espumoso comienza a perder gas. Para evitarlo, usa un tapón de presión específico para espumosos, no cualquier tapón de vino. Este tipo de cierre se ajusta a la botella y mantiene la presión interna, ayudando a conservar las burbujas durante más tiempo. Se pueden comprar por pocos euros y marcan la diferencia.

Evita taponarlo con papel de aluminio, film transparente o cucharillas: son mitos y no funcionan.

2. Guarda la botella en la nevera

Después de abrirla, guarda la botella en la nevera a unos 4-6 °C, incluso si no piensas consumirla inmediatamente. El frío ayuda a mantener el CO₂ disuelto en el vino, es decir, las burbujas. Cuanto antes la metas en frío tras abrirla, mejor.

Si no tienes un tapón especial, guarda la botella en vertical para que pierda la menor cantidad de gas posible. Aun así, sin tapón de presión, lo más probable es que el espumoso pierda su carácter en unas horas.

3. Consúmelo en 1 o 2 días máximo

Incluso con todos los cuidados, un vino espumoso no se conserva como uno tranquilo una vez abierto. Lo recomendable es consumirlo en las 24-48 horas siguientes. Pasado ese tiempo, perderá gran parte de su efervescencia y frescura. Si no vas a beberlo todo de una vez, mejor elegir una botella de 375 ml para no desperdiciar.

Errores comunes al conservar vinos espumosos

  • Guardarlos en la puerta del frigorífico: es la zona menos estable en temperatura.
  • Confiar en trucos sin base como la cucharilla de plata.
  • Dejarlos abiertos sin protección más de una hora.
  • Guardar vinos espumosos durante años como si fueran tintos.

Evitar estos errores es tan importante como aplicar los consejos anteriores. No necesitas ser un experto, solo prestar atención a los detalles.

Conclusión

Saber cómo conservar el vino espumoso marca la diferencia entre disfrutar de una copa fresca y llena de burbujas o encontrarte con un vino plano y sin vida. Antes de abrirlo, protégelo de la luz, el calor y las vibraciones. Y una vez abierto, usa un buen tapón, mételo al frigorífico y consúmelo pronto.

Si aplicas estos consejos prácticos, vas a aprovechar mucho mejor cada botella, ya sea para brindar en una celebración o para disfrutar en una cena tranquila. ¿Tienes una botella esperando? Ahora ya sabes cómo cuidarla.