El ensamblaje de vinos, también conocido como coupage, es una técnica fundamental en la elaboración de muchos de los vinos que consumimos en España.
Consiste en mezclar distintos vinos (ya sea de diferentes variedades de uva, parcelas o añadas) para crear un producto final que exprese lo mejor de cada componente.
Aunque a veces se asocia únicamente a los vinos más complejos, la realidad es que muchos vinos cotidianos también recurren al ensamblaje para ganar equilibrio, estructura y carácter.
Comprender qué es el ensamblaje y cómo se hace no solo es útil para quienes elaboran vino, sino también para quienes disfrutan bebiéndolo. Si sabes cómo se ha ensamblado un vino, puedes tener una mejor idea de lo que vas a encontrar en copa: desde los aromas predominantes hasta la persistencia en boca.
¿Para qué se hace el ensamblaje de vinos?
El objetivo del ensamblaje es lograr un vino más equilibrado y armónico que el que se obtendría con una sola variedad o parcela. Es decir, se busca que la suma de las partes sea mejor que cada parte por separado. Esto permite ajustar:
- La acidez: por ejemplo, se puede mezclar un vino con alta acidez (como uno de Tempranillo joven) con otro más maduro para suavizarla.
- La estructura y cuerpo: un vino ligero puede beneficiarse de un pequeño porcentaje de una variedad más potente, como la Garnacha o la Monastrell.
- El perfil aromático: se pueden complementar aromas frutales con notas florales, especiadas o minerales.
El ensamblaje es una herramienta para mantener la consistencia del producto año tras año, algo esencial en bodegas que comercializan grandes volúmenes o etiquetas icónicas.
¿Cómo se hace el ensamblaje? Pasos
El proceso de ensamblaje no es aleatorio ni se basa solo en intuición. Aquí te explicamos cómo lo hacen los enólogos paso a paso:
1. Vinificación por separado
Cada variedad de uva, parcela o incluso tipo de barrica se vinifica por separado. Esto permite tener un «abanico» de vinos base para trabajar.
2. Cata técnica de los vinos base
Se realiza una cata sensorial (visual, olfativa y gustativa) para evaluar las características de cada vino. El enólogo toma notas precisas sobre acidez, taninos, aromas, volumen en boca, etc.
3. Ensayos de mezcla en laboratorio
Antes de hacer el ensamblaje definitivo, se hacen pruebas con diferentes porcentajes. Por ejemplo, se puede probar un 60% Tempranillo, 30% Cabernet Sauvignon y 10% Merlot. Luego otro con 50%-40%-10%, y así sucesivamente.
4. Decisión del ensamblaje final
Tras comparar los ensayos, se decide la combinación que mejor expresa lo que se quiere transmitir con ese vino: elegancia, potencia, frescura, complejidad, etc.
5. Homogeneización del lote
Una vez decidida la mezcla, se trasladan los vinos a un depósito donde se hace la mezcla final. Se deja reposar un tiempo para que se integren los componentes antes del embotellado.
Consejos para entender mejor un vino ensamblado
Aunque en la etiqueta a veces no se detallen todos los porcentajes, hay algunos trucos para identificar y valorar un vino de ensamblaje:
- Consulta la ficha técnica o pregunta en tienda: muchas bodegas publican la composición exacta de sus vinos. Preguntar en tiendas especializadas también puede ayudarte a entender la mezcla.
- Identifica qué aporta cada variedad: por ejemplo, en un Rioja, el Tempranillo suele aportar estructura y fruta roja; la Garnacha, alcohol y fruta madura; y el Graciano, acidez y longevidad.
- Valora el equilibrio: si sientes que ningún componente «sobresale» de forma exagerada y el vino resulta redondo, probablemente estés ante un buen ensamblaje.
Conclusión
El ensamblaje de vinos es una herramienta clave en la enología moderna y tradicional. Lejos de ser una práctica industrial o engañosa, es una técnica que requiere conocimiento, sensibilidad y precisión. Gracias al ensamblaje, muchas bodegas españolas logran vinos con mayor equilibrio, complejidad y personalidad.
Como consumidor, entender el ensamblaje te ayudará a valorar mejor lo que tienes en la copa y a descubrir nuevos vinos con criterio. La próxima vez que descorches una botella, fíjate si es un vino ensamblado… y piensa qué aporta cada parte al todo. Porque en el mundo del vino, como en la vida, el equilibrio lo es todo.