Los mejores vinos para acompañar pastas

Elegir el vino adecuado para acompañar un plato de pasta puede marcar la diferencia entre una comida normal y una experiencia gastronómica memorable. Si bien muchos piensan que basta con un tinto o un blanco, la verdad es que el maridaje ideal depende de la salsa, los ingredientes y hasta la textura de la pasta.

En este artículo te contamos cuáles son los mejores vinos para acompañar pastas, con ejemplos concretos para que puedas tomar decisiones acertadas en casa o en un restaurante.

Si estás buscando recomendaciones claras y aplicables para combinar pasta y vino, aquí las encontrarás. Te daremos opciones específicas de vinos españoles (y de otras regiones también, si merece la pena), según el tipo de salsa que vayas a disfrutar. Además, incluimos consejos que cualquier aficionado al vino podrá seguir sin complicaciones.

Vinos para pastas con salsa de tomate: la clave está en el equilibrio

Las salsas de tomate son ácidas por naturaleza, por lo tanto, necesitan un vino que pueda igualar esa acidez sin quedar plano ni sobrepasarla. Si eliges un vino tinto con taninos muy marcados, el resultado puede ser desagradable en boca.

Opciones recomendadas:

  • Garnacha de Campo de Borja o Calatayud: de acidez media y con fruta roja que equilibra muy bien el tomate. Ideal para una pasta al pomodoro o una amatriciana.
  • Tempranillo joven de Rioja o Ribera del Duero: buena acidez, taninos suaves y versatilidad. Funciona bien con una pasta boloñesa.
  • Chianti DOCG (Italia): si prefieres salir de España, este clásico italiano hecho con uva Sangiovese es el maridaje tradicional con salsa de tomate por su excelente acidez y notas herbales.

Evita los tintos con mucha crianza en barrica para platos con tomate, ya que los sabores tostados pueden chocar con la acidez de la salsa.

Qué vino elegir para pastas con crema o quesos

Las pastas con salsa blanca, como una carbonara o una pasta cuatro quesos, piden vinos con buena acidez y cuerpo para limpiar el paladar sin desaparecer frente a la intensidad de la salsa.

Recomendaciones específicas:

  • Chardonnay con crianza ligera (Penedès o Navarra): estructura media y notas de fruta madura y mantequilla. Ideal para una pasta con salsa Alfredo o con setas.
  • Godello de Valdeorras: con buena acidez, cierta mineralidad y más cuerpo que un albariño. Combina muy bien con quesos cremosos.
  • Viura fermentada en barrica (Rioja): para platos con quesos curados o con más intensidad.

Evita vinos demasiado ligeros (como algunos verdejos muy frutales o espumosos suaves), ya que pueden quedar ocultos frente a la grasa y el sabor de la crema o los quesos.

Maridajes para pastas con marisco o pescados

Cuando hablamos de pastas con mariscos —como unos espaguetis al frutti di mare o unos tallarines con almejas—, la clave es un vino blanco seco y fresco, que respete los sabores delicados del mar.

Vinos que funcionan muy bien:

  • Albariño de Rías Baixas: acidez viva, notas cítricas y salinas. Va perfecto con cualquier pasta que lleve mariscos.
  • Txakoli (Getaria o Bizkaia): ligeramente aguja, bajo en alcohol, ideal para platos con calamares, pulpo o mejillones.
  • Verdejo (Rueda): si buscas un blanco más aromático pero con buena estructura, puede ser una gran opción.

Si añades ajo o guindilla al plato, busca un vino con un toque más floral o frutal para equilibrar el picante sin saturar.

¿Y si la pasta es vegetariana o lleva ingredientes mixtos?

Muchas pastas llevan ingredientes como espinacas, setas, berenjenas, calabacín o incluso frutos secos. En estos casos, conviene fijarse en el ingrediente predominante y la textura general del plato.

Algunas sugerencias útiles:

  • Rosados secos (Navarra o Cigales): gran opción para pastas con verduras asadas, pesto o setas. Tienen cuerpo medio, acidez adecuada y un perfil muy versátil.
  • Tinto joven de Mencía (Bierzo): ideal si la pasta tiene un toque ahumado o de grill, como berenjenas a la plancha.
  • Trepat (Conca de Barberà): uva tinta ligera que se adapta muy bien a platos vegetales.

En platos vegetarianos, juega con la temperatura de servicio: los tintos ligeros pueden servirse ligeramente frescos (12-14 ºC) para mejorar la experiencia.

Conclusión

El maridaje entre vinos y pastas no es una ciencia exacta, pero sí hay combinaciones que claramente funcionan mejor que otras. Lo fundamental es identificar el ingrediente y la salsa predominante del plato, y elegir un vino que lo complemente sin competir con él.

Ya sea un albariño para mariscos, una garnacha para salsas de tomate, o un chardonnay para salsas cremosas, en España tenemos una gran variedad de vinos que pueden elevar cualquier plato de pasta.

La próxima vez que cocines pasta o vayas a un restaurante italiano, recuerda estos consejos. No se trata de elegir el vino más caro, sino el más adecuado. Y eso, con un poco de conocimiento, está al alcance de cualquiera.