Los vinos frizzantes se están convirtiendo en una de las opciones favoritas en las mesas de España y en el mundo por su frescura y toque burbujeante.
A medio camino entre un vino tranquilo y un espumoso, el frizzante destaca por ser ligero y refrescante, ideal para quienes buscan un sabor vibrante sin perder la esencia de un buen vino.
¿Qué es un vino frizzante?
Un vino frizzante es un vino levemente espumoso, con una ligera cantidad de gas carbónico, que le da ese toque de burbujeo suave y sutil, pero sin llegar a ser tan intenso como en los vinos espumosos o cavas. Esta cualidad lo hace perfecto para quienes prefieren un vino menos gaseoso, con una textura suave y refrescante.
Características principales del vino frizzante:
- Bajo contenido en alcohol: Generalmente, entre 5% y 10% de alcohol.
- Burbujeo delicado: A diferencia de un cava o champán, las burbujas son más finas y menos persistentes.
- Sabor fresco y afrutado: Suele tener notas frutales que lo hacen ideal para maridar con platos ligeros o para tomar solo como aperitivo.
¿Cómo se elabora un vino frizzante?
El vino frizzante pasa por una segunda fermentación controlada que se detiene antes de generar la misma cantidad de gas que un espumoso.
En algunos casos, se añade gas carbónico de forma controlada en el embotellado para lograr ese toque chispeante característico.
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Tipos de vinos frizzantes
Existen diferentes variedades de vino frizzante, y su sabor puede variar en función de las uvas utilizadas y del método de fermentación.
Ejemplos populares de frizzantes
- Lambrusco: De origen italiano, este vino suele ser dulce, afrutado y muy popular en los veranos españoles.
- Moscato: Otro frizzante italiano, con un aroma intenso y notas de uva moscatel, ideal para maridar con postres o frutas.
- Frizzantes rosados: Suelen tener notas de frutos rojos y una acidez refrescante, perfectos para disfrutar como aperitivo.
- Frizzantes blancos: Habitualmente elaborados con uvas como la Sauvignon Blanc o Verdejo, son ligeros y frescos, ideales para los días de calor.
Consejos para elegir un buen vino frizzante
Al seleccionar un frizzante, es importante fijarse en algunos detalles para asegurarnos de que será de calidad y adecuado para la ocasión.
- Revisa la etiqueta: Comprueba que mencione “frizzante” y el tipo de uva, ya que eso influirá mucho en su sabor.
- Elige el tipo de uva según la ocasión: Para cenas más informales y frescas, opta por un frizzante afrutado como el Moscato. Para platos de pescado o mariscos, un frizzante blanco es ideal.
- Elige una botella con tapón de rosca o cierre hermético: Esto mantiene el gas y el frescor del vino, evitando que pierda sus burbujas.
Recomendaciones para servir y disfrutar un vino frizzante
Un vino frizzante se disfruta mejor cuando se sirve correctamente, lo cual potencia su frescura y sabor.
- Temperatura ideal: Los frizzantes deben servirse fríos, entre 6 y 8 grados Celsius. Puedes enfriar la botella en una cubitera con agua y hielo durante unos minutos antes de servirlo.
- Copa adecuada: Aunque se puede usar una copa de vino blanco, una copa de espumoso también es perfecta para concentrar los aromas frutales y disfrutar de las burbujas.
- Evita movimientos bruscos: Al abrir la botella, evita agitarla para no perder el gas y abrirla lentamente manteniendo la presión bajo control.
Maridaje: Cómo acompañar un vino frizzante
El vino frizzante es versátil en la cocina y combina bien con una gran variedad de platos.
- Aperitivos ligeros: Es perfecto para acompañar quesos suaves, frutas frescas o canapés.
- Platos de pescado o marisco: Un frizzante blanco complementa maravillosamente platos como un ceviche, sushi o gambas a la plancha.
- Postres: Los frizzantes dulces, como el Moscato, son ideales para acompañar postres como tartas de frutas o helados.
Frizzante en verano: ¿Por qué es una gran opción?
El vino frizzante es muy popular durante los meses de verano en España, ya que es una bebida ligera, refrescante y de baja graduación, lo que permite disfrutar de una copa sin sentir que el calor aumenta. Además, es una bebida que se adapta bien a las comidas y momentos más informales.
Ejemplo de combinación veraniega: Sirve un frizzante rosado junto a una ensalada fresca con queso de cabra, nueces y una vinagreta suave. El vino potenciará los sabores de la ensalada, y su frescura hará que la combinación sea perfecta para un día caluroso.
Los vinos frizzantes han llegado para quedarse en nuestras mesas, ofreciendo una alternativa fresca y moderna para quienes buscan un vino ligero y chispeante.
Desde sus burbujas suaves hasta sus notas afrutadas, estos vinos son ideales para acompañar aperitivos, cenas ligeras y postres. ¿Te animas a probar uno?