Cuando las temperaturas suben, muchos consumidores se preguntan qué vinos beber en verano o qué vino elegir cuando hace calor. No todos los vinos se disfrutan igual durante una ola de calor, y elegir mal puede arruinar una buena comida o reunión. En los meses más calurosos, el cuerpo pide bebidas más ligeras, frescas y con menor graduación alcohólica.
Por eso, en este artículo vamos a ayudarte a entender qué tipos de vino son ideales para el calor, cómo servirlos correctamente y qué etiquetas españolas deberías tener en cuenta.
Vinos blancos ligeros y secos: los grandes aliados del verano
En épocas de mucho calor, los vinos blancos jóvenes, secos y con buena acidez son la mejor elección. Aportan frescura y no saturan el paladar. Aquí no hablamos de blancos con madera o de mucha estructura, sino de vinos fáciles de beber, con aromas cítricos o herbáceos.
Recomendaciones específicas:
- Albariño (Rías Baixas): ideal por su acidez natural, frescura y bajo contenido alcohólico. Marida muy bien con mariscos, ceviches o simplemente como aperitivo. Busca etiquetas como Pazo de Señorans o Terras Gauda.
- Verdejo (Rueda): también seco y aromático. Elige Verdejos 100% y de cosechas recientes. Buenos ejemplos son José Pariente o Belondrade y Lurton (aunque este tiene algo de crianza) si buscas algo con más carácter.
- Godello (Valdeorras o Bierzo): un poco más untuoso, pero sigue siendo una excelente opción si se sirve bien frío. Etiquetas: Gaba do Xil o Avancia.
Temperatura de servicio recomendada:
Entre 6 y 8 °C. No lo congeles, pero sí asegúrate de tener una cubitera con hielo o enfriar la botella al menos una hora antes de servir.
Rosados frescos: no solo para la terraza
Aunque muchas veces se asocian a un público concreto, los vinos rosados bien hechos son una opción fantástica cuando hace calor. Eso sí, huye de los que tienen mucho azúcar residual o los de color muy oscuro, que suelen ser más pesados.
Recomendaciones concretas:
- Rosados navarros: clásicos y directos. Prueba con Ochoa Rosado Lágrima o Chivite Las Fincas.
- Rosados provenzales de estilo español: más pálidos, secos y con toques de frambuesa. Lalomba Rosado (Rioja) es una gran opción si buscas algo más fino.
- Rosados del Empordà (Cataluña): ligeros, con buena acidez y notas florales. Ejemplo: Mas Oller Mar.
Temperatura de servicio recomendada:
Entre 7 y 9 °C. También se puede enfriar un poco más si vas a tomarlo en exterior.
Espumosos: frescura y burbuja para combatir el calor
Los espumosos no son solo para brindar en fin de año. Un cava brut nature o un espumoso rosado seco son opciones excelentes cuando el termómetro aprieta. La burbuja aporta sensación de frescor y suelen tener baja graduación alcohólica.
Recomendaciones específicas:
- Cava Brut Nature: opta por etiquetas como Gramona La Cuvée o Recaredo Terrers.
- Corpinnat: vinos espumosos premium del Penedès, elaborados con métodos muy cuidados. Ejemplo: Llopart Integral o Sabaté i Coca Reserva Familiar.
- Espumosos de garnacha rosada: ligeros y afrutados, perfectos para picoteo. Busca etiquetas como AT Roca Rosat Reserva.
Temperatura de servicio recomendada:
Entre 5 y 7 °C. Siempre con cubitera si estás al aire libre.
Qué evitar: vinos con mucha graduación o crianza pesada
Cuando hace mucho calor, es mejor evitar ciertos tipos de vino que no se adaptan bien al clima:
- Tintos con mucha madera o crianza larga: pueden resultar pesados y cansados. Guárdalos para otoño o invierno.
- Vinos dulces o generosos: como los olorosos o PX, que tienen mucho alcohol y azúcar. Mejor para otras estaciones.
- Vinos naturales sin filtrar si no sabes cómo conservarlos: el calor puede estropearlos fácilmente.
Consejos prácticos para disfrutar el vino en verano
- Usa copas más pequeñas para evitar que el vino se caliente rápido.
- Guarda la botella en una cubitera aunque estés en interior: la temperatura ambiente en verano supera los 22 °C.
- Sirve menos cantidad por copa para que se mantenga fresca durante más tiempo.
- Evita el hielo dentro de la copa, salvo que sea un vino de baja gama y la ocasión lo permita (como en un chiringuito o cóctel informal).
Conclusión: el calor y el vino sí pueden llevarse bien
Elegir bien qué vino beber cuando hace calor puede marcar la diferencia entre disfrutar o sufrir. Blancos secos, rosados frescos y espumosos brut nature son los más recomendables. La clave está en la temperatura, la acidez y la ligereza.
No hace falta renunciar al vino en verano: solo adaptarlo al clima. En España tenemos denominaciones de origen que ofrecen grandes opciones para ello. Y si dudas, recuerda esta regla básica: cuanto más calor, más ligero, fresco y seco debe ser el vino.