La manzanilla es un vino generoso y seco, exclusivo de la ciudad de Sanlúcar de Barrameda, en Cádiz. Elaborado a partir de la uva palomino, se caracteriza por su crianza bajo velo de flor, un proceso que le otorga su distintivo sabor y aroma. Este vino, amparado por la Denominación de Origen Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda desde 1964, es uno de los tesoros enológicos de España.
A pesar de su prestigio internacional, la manzanilla es menos conocida en otras regiones de España. Este artículo tiene como objetivo proporcionar una guía detallada sobre qué es la manzanilla y cuáles son sus características principales, para que los amantes del vino puedan apreciar mejor este singular producto.
Origen y elaboración de la manzanilla
La manzanilla se produce exclusivamente en Sanlúcar de Barrameda, aprovechando las condiciones climáticas únicas de esta localidad costera. La proximidad al Atlántico y las brisas marinas influyen en la crianza del vino, aportándole características organolépticas distintivas.
La uva palomino, predominante en la región, es la base de la manzanilla. Esta variedad se adapta perfectamente al suelo albariza de la zona, rico en calcio y con buena retención de humedad, lo que favorece la calidad de la uva. Tras la fermentación, el vino se somete a una crianza biológica bajo velo de flor, un manto de levaduras que protege al vino del contacto con el aire y le confiere su sabor característico.
El sistema de envejecimiento utilizado es el de criaderas y soleras, que consiste en una disposición escalonada de barricas donde el vino más joven se mezcla progresivamente con el más añejo, garantizando una calidad y sabor constantes a lo largo del tiempo.
Características organolépticas
La manzanilla se distingue por su color amarillo pálido y brillante. En nariz, ofrece un aroma punzante y delicado, con notas florales y de frutos secos. En boca, es ligera, seca y poco ácida, con una graduación alcohólica que oscila entre 15 y 17 grados. Estas características la convierten en el vino más ligero del Marco de Jerez, ideal para acompañar aperitivos.
Existen dos variedades principales de manzanilla:
- Manzanilla fina: Es la más joven, con una crianza mínima de dos años. Su sabor es fresco y delicado.
- Manzanilla pasada: Cuenta con una crianza más prolongada, durante la cual el velo de flor comienza a desaparecer, aportando al vino mayor complejidad y cuerpo.
Maridaje y consumo
La manzanilla es versátil en el maridaje, destacando especialmente con platos de la gastronomía andaluza. Es ideal para acompañar mariscos, pescados fritos y embutidos ibéricos. También armoniza bien con aceitunas y frutos secos, siendo una elección clásica para el tapeo.
Se recomienda servirla fría, entre 6 y 8 grados Celsius, para apreciar plenamente sus cualidades. Dado que es un vino delicado, es aconsejable consumir la botella en una sola ocasión una vez abierta, ya que su exposición al aire puede afectar sus propiedades organolépticas.
Conclusión
La manzanilla es un vino único que refleja la tradición y el saber hacer de Sanlúcar de Barrameda. Su proceso de elaboración, influenciado por el clima y el entorno de la región, le otorga unas características inigualables. Para quienes buscan descubrir vinos singulares, la manzanilla ofrece una experiencia sensorial que merece ser explorada y apreciada.